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miércoles, 4 de enero de 2012

MI VIDA ES HIPOCRESIA… MI REALIDAD ES EL TEATRO - Raúl Muñoz

Mi realidad es el teatro, sin él no soy nada. Ando sumergido en un autismo casi voluntario, o quizás en una posición de espectador en la vida real. Mi cuerpo me pide escena. Mi alma expresar los sentimientos que otros escribieron, porque quizás sean más interesantes que los míos, o más intensos… o puede también que iguales.

La felicidad se encuentra cuando conseguimos descubrir que somos capaces de apreciarnos nosotros mismos en algo en particular, algo que nos hace sentirnos especiales, pero no únicos. Únicos no, porque si no, no podríamos compartir dicha felicidad. Yo siempre he sido un chico tímido, inseguro, falto de autoestima, hasta que descubrí mi vocación de comunicar. Dibujando escuché el mensaje que mi interior me estaba gritando y que yo no llegaba a escuchar. Detrás del micrófono encontré la clave de la autoestima, mi “yo” más sentimental y mi “yo” más divertido. Encima del escenario me siento completamente realizado. Pero cuando se acaba el papel, cuando despido el programa o cuando suenan los aplausos del final, mi “yo” se apaga, y entro en ese estado de hibernación que me permite vivir la vida de una forma práctica pero casi insensible a mi entorno.

¿Vivo quizás en una mentira? ¿Estoy dejando pasar los días sin vivirlos? Quizás no, porque dentro de mi cabeza se escribe un guión por representar, y mis emociones se entrenan para encarnar los personajes que están por venir. Si eso no es vivir, prefiero estar muerto. Pero sé que no lo estoy, porque cada día es un estreno, porque en cada representación me siento vivo, y quiero seguir viviendo para disfrutarlo.

¡Que nunca se baje el telón!

(Escrito el 13 de septiembre de 2010)

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